CLARA PONCE















 





Plantario
Instalación performática
2019
Anexo MMAMM


Plantario es una instalación de sitio específico, que consiste en la construcción de un jardín en el interior del museo, que está en proceso de transformación permanente, ya que se vé afectado por una acción de trueque de plantas que se realiza semanalmente. La obra busca rescatar, en tiempo de crisis, una actividad cotidiana: el intercambio de plantas y gajos, acción que si bien no tiene un nombre que la defina, se realiza comúnmente entre vecines, amigues y familiares. 
También es una invitación a detenerse a contemplar las plantas crecer. En un momento en donde todo parece ir muy rápido, Plantario se me presenta mentalmente como un lugar de proceso, refugio y descanso.
Clara Ponce





Un tiempo atrás caminaba escapado de un congreso médico, por las calles de Termas de Rio Hondo. “Termas” es un lugar friendly  a congresos médicos y tours de jubilados. En una esquina tras de una tapia de ladrillos, asomaba esplendida y gigante, una enredadera cubierta de flores naranja furioso. En un cartel de madera de unos 120 por 60 cm, prolijamente pintado con pintura sintética podía leerse en negro: Lluvia de oro (Pyrostegia venusta) y más abajo, en rojo y mayúsculas: NO PRENDE DE GAJO. En ese escenario había además de la trepadora  unas cincuenta Pami´s groupies en estado de éxtasis, fotografiándose con  esa nube naranja. La escena era conmovedora. El cartel desopilante. Al volver caminado muy tentado al hotel pensé en lo atinado del cartel y en  esas ansias de poseer lo del jardín del vecino, que me hermanaba en cierta forma con las señoras mayores.
Cuando leí el proyecto Plantario de Clara Ponce lo primero que pensé fue en esta anécdota. En un posible lado B de la misma. En colgar un cartel que diga: Todas estas plantas pueden reproducirse de gajo. La práctica de pedir y dar gajos es un trueque que hasta el día de hoy se conserva, como también la de robar gajos. Como una especie de correspondencia entre personas que sienten afecto y empatía. Una pila de cartas que se acumula, crece en intensidad y se llena de flores, frutos y semillas. Una correspondencia sin dudas amorosa. Un vínculo del que participan también todos los integrantes del jardín, lombrices, abejas, vaquitas de San Antonio, langostas, pájaros, caracoles…
Y pensé también en algo quizá más profundo y que empatiza de otro modo con la intención de la acción de la artista. La posibilidad de transitar un tiempo diferente, ese tiempo en el que la medida del mismo, desaparece. El jardín tiene su propio tiempo, sobre el que nadie puede disponer .Cada planta tiene su tiempo específico. Cada planta tiene una conciencia de tiempo muy marcada, quizá incluso más que el hombre, que hoy de alguna manera se ha vuelto atemporal, pobre de tiempo. El jardín posibilita una intensa experiencia temporal. La espera incierta, la paciencia necesaria, el lento crecimiento engendran un sentido especial.
Coincido en un todo con Clara en su síntesis conceptual del proyecto: Plantario se me presenta mentalmente como un lugar de proceso, refugio y descanso.    
Hugo Albrieu  



                                                                                                                                                                                                                          










Esta obra está dedicada a Rafael Rodriguez Tastas